Síntesis de la historia del Partido de Brandsen* Primera parte 1640-1872

*El presente trabajo es un extracto del libro
Historia de Brandsen
  

                                                                          Por Carlos M. Vignola

PRIMERA PARTE:
Desde la ocupación del territorio
hasta la decisión de crear un nuevo Partido
                                                                                                       (1640-1872)

El primer colono

El inicio de la ocupación colonial del territorio de Brandsen es una merced real otorgada por el gobernador de Buenos Aires en 1640 a Alonso Gámiz de Vergara. Este enorme terreno ocupaba desde las tierras altas frente al Río de la Plata hasta el Río Samborombón y desde la línea del actual límite con el Partido de La Plata y San Vicente hasta la línea de los terrenos de los campos de los López Seco.

El Fuerte del Zanjón de Nuestra Señora de Mercedes

Con el fin de controlar y defender del ataque de los aborígenes el sur de la línea de frontera, el Río Salado, en 1741 se establece una guardia estable en un rancho. En 1751, creado el cuerpo de Blandengues de Buenos Aires la compañía de La atrevida de ese cuerpo es redesignada a ese reducto en 1752. Con el tiempo y reestructurada la guardia, el sitio comenzará a ser conocido como Fuerte y Guardia del Zanjón y a partir de octubre de 1767, según usos y costumbres de la época como Fuerte del Zanjón de Nuestra Señora de Mercedes, apocopado como sucedió con todos los fortines, pasando a ser simplemente  Fuerte del Zanjón.
Pudo determinarse que el fortín del Zanjón se encontraba en el cuartel 9° del actual Partido de Brandsen, a unos 2 kilómetros al Este de la altura del km. 87 de la ruta 2, cerca del pueblo de Samborombón.
El cacique Felipe Yahatí ataca la reducción en el Salado y el 13 de febrero de 1753 es abandonada. Todos los aborígenes de las reducciones quedan desamparados y con la compañía instalada en el Zanjón desde mediados de noviembre, los aborígenes fueron a refugiarse en sus alrededores. La convivencia de indios con los soldados y viajeros da origen al poblado a la vera del fortín, el primer pueblo del territorio que será de Brandsen.  
A aquellos 50 soldados de La atrevida, indios y vecinos se le incorpora el mercedario fray Francisco Marcos Sosa, cura de la parroquia de Quilmes, el que establecerá en 1753  la capilla del partido de la Magdalena y Guardia del Zanjón. La primera tarea en la capilla fue la misa de cuerpo presente y la inscripción de las defunciones, sepultando a pobladores “que mataron los Pampas” en el cementerio de Quilmes.  El 26 de junio de 1758 se asientan los primeros bautismos tres en un solo escrito.
El 18 de febrero de 1759 el fuerte es trasladado a ¾ de legua al frente, con el se mudan los asentados a su alrededor. El primer bautismo en la nueva capilla es el 11 de abril de 1759, el mismo sacerdote bautizó a una pequeña, hija del vecino Vicente Canales. En octubre de 1766 la capilla es dedicada a Nuestra Señora de Mercedes, por Merced. Esto hace que, como era costumbre, el fortín pase a ser conocido también con el nombre de la virgen, pasando a ser el Fuerte del Zanjón de Nuestra Señora de Mercedes.
En 1779 el fuerte del Zanjón es trasladado a orillas de la laguna de Chascomús, siendo el origen de la actual ciudad de Chascomús.
La zona del actual Partido era conocida por el fortín como Paraje del Zanjón, una vez trasladado, fue cambiando paulatinamente pasando a denominarse Paraje del Samborombón. El fuerte había dejado abierto un camino que lo comunicaba con Buenos Aires, hoy correspondería a la actual ruta 2. Una vez trasladado comenzó abrirse uno nuevo, la ruta provincial 53.

La ocupación definitiva del territorio

Desde 1796 nuevas fracciones serán entregadas en almoneda pública, a ocupantes. Así pasaran a ser propietarios Tadeo Martínez y Juan Sáenz de la Peña, abuelo del que fuera el presidente Luís Sáenz Peña. Por esos años la estancia que fuera de Alonso Gámiz de Vergara pasa por herencia a propiedad de las hermanas López, por lo cual se empezará a conocer como la estancia de las López.
El territorio se irá repartiendo entre Valerio Islas, Juan Alejo Giles, Bernardo Pereira, Jerónimo Barrionuevo, Santiago y Pedro Chiclana, Cecilia Macedo, Nicolás Martínez Fontes, Pascual Castro, Pedro Pablo Fuentes, Eusebio Macías y Juan Bautista Chávez.

Inicio de actividad industrial en el territorio

En 1810, en uno de los terrenos de Islas, entonces cuartel 3° de Chascomús, cercano a la laguna la Espadaña, inmediato a la del Sauce, se instala  José Ramón Layño, monta un establecimiento industrial, el único durante un largo tiempo e inaugural del territorio del Partido, construye una tahona, la que dedica a la producción de harina, alquilando su uso cobrando porcentaje o dinero y moliendo los granos propios. Para estas tareas cuenta con la asistencia de un esclavo de Guinea que tenía por criado, Benito.

La estancia de Manuel Obligado y la división política del actual Brandsen

El 30 de abril de 1814 la estancia de “las López”, es vendida a Manuel Obligado. En el centro de su territorio, atravesado por el camino de Buenos Aires a Chascomús, hoy ruta 53, se instala la primera pulpería de Brandsen, el almacén de Juana Ríos. Con esto Obligado comienza a arrendar grandes parcelas de su estancia a  Jorge y Tomás Bell, Gregorio Barragán y Abascal, Eugenio La Rosa, Alejo Llanos y a Pedro Pablo Udaquiola. Los que en 1824 compraran estas tierras. Las familias de estos vecinos participarán en la creación de Brandsen. 
Para 1821 todo el terreno del actual Partido se encuentra en manos privadas. Ese año se crean los modernos Partidos de campaña por lo cual todo el territorio de Brandsen queda dividido siempre por el Río Samborombón conformando el Cuartel 3º y el 4º de San Vicente con límite en el Río Samborombón. El cuartel 4º de San Vicente comprendía las puntas de la Magdalena y Samborombón; el cuartel 3° de Ensenada y el 3° de Chascomús. Pedro Pablo Udaquiola, el arrendatario de Manuel Obligado es designado primer Juez de Paz de San Vicente.

Las primeras diligencias

En 1822 se organizan las carreras conocidas como diligencias, para el correo y pasajeros. La tercera sección será la ruta hasta Chascomús por la histórica ruta 53. En el camino se establecieron paradas en Quilmes, Florencio Varela, dos en territorio de Brandsen y dos en Chascomús. Desde la ciudad se podía llegar a Ranchos, Monte y Chascomús, saliendo de Buenos Aires todos los días 21 de cada mes. Las postas establecidas en el territorio brandseño serán desde Buenos Aires Alto redondo atendida por Aniceto Negrette y Samborombón abajo atendida por José Oromi o de Oromi. Alto redondo se ubicó en la localidad de Gómez, donde actualmente se encuentra el establecimiento “La Rinconada”; mientras que Samborombón abajo en terrenos de Martínez Fontes antes de cruzar el Río Samborombón. Luego de 1850 serán atendidas por Hilario Quinteros y Jerónimo Ortega, respectivamente.

El primero de dos familias

En 1826 entra en la historia de la región José Antonio María Ferrari, al adquirir varias propiedades en sociedad con Fermín Pereda. La primera es una fracción del campo de Nicolás Martínez Fonte. En 1828 amplían sus posesiones al comprar otro campo propiedad de Fermín Pereyra y  la fracción de John Gibson que era de Valerio Islas. El 6 de noviembre la sociedad Ferrari & Pereda se disuelve cuando Pereda vende su parte a Ferrari. Todos estos campos se encontraban en explotación y con las poblaciones de varios arrendatarios entre los que se destacan Ramón Laynes o Layño, Gerardo Acosta y Felipe Altamirano.
José Ferrari es el primero de una familia que tendrá con él a la más antigua de sus raíces; la de los López Seco y la de Pedro Ferrari, el que era su sobrino. José, cuñado de Francisco López Seco le vende a él y a Manuel López Seco sus primeros campos.
Este inquieto y acaudalado terrateniente era un hombre muy vinculado socialmente, por lo cual se lo convida a participar en la revuelta de los Libres del Sur en 1839, convirtiéndose en uno de los iniciadores de la fracasada revolución.
Su feudo era uno de los más poblados de entonces en la región, y esto correspondía a la actividad que se desarrollaba en la empresa agropecuaria. Contaba con seis peones y dos negros esclavos.

Inicio del mejoramiento lanar

En 1837 Henry Harrat compra la estancia de Juana Sáenz Peña y en 1839 Juan Harrat compra a Ramón Sáenz Peña. Esta propiedad incluía los antiguos puestos de San Carlos, San Juan, Santo Tomás, Santa Ana, San Enrique, San José, Santa Rosa y Santa Isabel. Los Harrat eran comerciantes ingleses venidos a la región instalándose primeramente en el actual Partido de Gral. Paz (Ranchos) en la década del ‘20 del XIX para hacer negocios con tierras y comenzaron a explotar la producción de lana, lo que los llevó al  mejoramiento de las ovejas criollas asociándose en un principio a Peter Sheridan. Ellos constituirán en la estancia que se conociera como “de los Machos” y que hoy se conoce como Los Mochos. Allí, estos mejoradores criadores de ovejas, sentarán las bases para que a partir de 1850 se enriquecieran y pasaran todos los arrendatarios de la zona a ser propietarios, siguiendo las líneas genéticas manejos y formas de crianza de los Harrat.

El censo de 1838

En junio de 1838 los jueces de paz de los partidos que integraban el territorio del actual Brandsen, elevan a “Su Excelencia el Sr. Gobernador Ilustre Restaurador de las Leyes”, las planillas con los datos tomados sobre la población de los cuarteles que se habían ordenado, propietarios, “blancos”, “Pardos o Morenos”, “Extranjeros”, “Tropa” y “Familia de Tropa” de cada fundio. Los datos aportan los nombres de los propietarios y ocupantes de cada estancia. Se pueden contar 40 familias, con un total de 279 habitantes; 19 pardos o morenos, indios, esclavos y sus descendientes y dos extranjeros pidiendo inferir que eran ingleses. La pulpería de Juana Ríos estaba a cargo de Santiago Oliden. A 1838 vivían en sus casas 7 personas, entre ellos Juana, su marido Bernardino una de sus hijas y tres morenos criados.
Gracias a este censo se pudo determinar que Brandsen constituía parte del Cuartel 4º y 5° de San Vicente, parte del Cuartel 3º de Chascomús, parte del Cuartel 5º del Sauce del Partido de Ranchos y parte de los Cuarteles 2º y 3º del Partido de Ensenada. A diferencia de divisiones anteriores en esta oportunidad se habían utilizado mucho mas los accidentes geográficos como límites, en este caso los ríos y arroyos. Esta división de partidos y cuarteles se mantuvo durante casi treinta años, hasta 1866.

Instalación en el territorio de los vecinos fundadores de Brandsen

En 1843 fallece Manuel Obligado. Su estancia contaba a esa fecha con algunos arrendamientos, a los que se agregan los de Barragán, Valdéz, Insúa y Oliden. Irán apareciendo nuevos aparceros que se convertirán, en los primeros vecinos de Brandsen. En 1850 comienzan a arrendarse nuevas fracciones a diversas personas, Pedro José Ferrari el que construirá un pequeño rancho, dando origen a la estancia que dos años luego de su muerte comenzará a conocerse con el nombre de El Chañar, los hermanos Lanús,  José Gómez e Hilario Quinteros, los Hardoy, Asencia Barragán, José Averastegui y Vicente Casares.

Ampliación de las comunicaciones

Luego de la revolución de 1852 el gobierno nacional crea la empresa “Mensajerías Argentinas”, por lo cual van a tomar impulso las comunicaciones y el correo en todo el territorio nacional. En Buenos Aires el gobernador Pastor Obligado, hijo de Manuel, ampliará los días y servicios. El servicio del Sur, pasa a contar con viajes los días 10, 20 y 30 de cada mes y contando con chasques que remitirían desde y hasta destino la correspondencia con el objeto de comunicar los puntos entre los cuales no había “carreras”. Desde Ezeiza a Ensenada y Magdalena, desde San Vicente a Cañuelas y Lobos; de Ranchos a Monte y de Dolores a Azul. La ruta Sur era el antiguo Camino de Barracas o Buenos Aires a Chascomús, hoy 53, el que pasará a conocerse como Camino de las Postas.
Desde 1854 hay varias empresas que pasan por el actual Brandsen: Nº 35 – de Buenos Aires (Piedras 77) a Chascomús a 30 leguas, de la empresa “Mensajerías de la Rosa del Sud” de Lino Sevigne, los días 5 y 20 de cada mes. Nº 41 – de Buenos Aires a Lobería distante 104 leguas, de la empresa “Mensajerías La Infalible. Nº 44 – de Buenos Aires a Pila a 44 leguas, de la empresa “Mensajería Nueva Esperanza”.
Las postas a ese momento son las mismas que en el período fundacional del servicio, Alto Redondo que estuviera a cargo de Aniceto Negrette, atendida desde 1850 por Hilario Quinteros y Samborombón Abajo, a cargo desde entonces de Martín Llanos.

La venta de la estancia de Obligado

1858 será un año de cambios en el futuro distrito. Desde el 2 de marzo de 1858 se inicia el trámite de mensura del campo herencia de Don Manuel Obligado, y a partir de ello comienza la venta a todos los arrendatarios que lo desearan. Compraran las tierras entre otros Pedro Ferrari, Pedro Gómez de la Vega, Andrés Wilkie; Mary Faulkes; José Davis, Manuel Fernández, quien inmediatamente venden a Ernesto Oldendorff, y comenzará a arrendar Jorge Temperley.
Ese mismo año arriba a Buenos Aires el danés Whilliem Jeppener. Inicia sus actividades comerciales instalando una barraca de acopio de frutos del país en Barracas al Norte, y como todo consignatario enriquecido de la época transfiere su capital a la  adquisición de tierras. El 27 de marzo de 1860 el Juez en lo Civil Alejo González le otorga la escritura de la propiedad a nombre de los herederos de Gracia Bickford de Mohr. Este terreno era el que el 11 de septiembre de 1821 Valerio Islas vende a Martín José González. Por esto el arroyo en la localidad de Jeppener lleva su apellido; y que el 3 de marzo de 1837 González la vende a Francisco Mohr. Hasta la ocupación por Jeppener el casco de esta estancia se denominaba El Cónsul, esto era porque Mohr fue cónsul británico.

La estancia más moderna del país y el primer alambrado

Mientras Jeppener comienza los trabajos en la estancia El Cónsul, en el actual cuartel 6° se comenzaba a pensar la primera estancia mecanizada del país y la primera alambrada de Brandsen, la Santa María. El 28 de febrero de 1862, Ernesto Oldendorff, un alemán acriollado por la vida del campo, adquiere la primera fracción de un campo de 2250 hectáreas a la sucesión de Obligado. El 14 de Octubre de 1862, compra otra de 1482 hectáreas. Días más tarde, el 30 de octubre, obtiene 1125 hectáreas más, que pertenecían a Manuel Fernández. Logra así completar algo más de 4533 hectáreas. A esta estancia formada por las tres parcelas la atravesaban diagonalmente el “Camino de Buenos Aires a Chascomús”.
Había fundado Santa María, que seguramente llevara este nombre por su mujer. Con motivo de los perjuicios que le ocasionaba el ganado de los vecinos, se dispone a cercar el campo. En septiembre de 1863 solicita permiso al Gobierno para alambrar la estancia. Para mediados del año 1864 la obra estaba terminada. Santa María se transformó, en poco tiempo, en la estancia argentina más moderna de su época y la primera mecanizada del país. Llegó a contar con veintinueve poblaciones, setenta peones italianos y veinte mas entre criollos y un puñado de alemanes que regenteaban los puestos. Tenía varios potreros con maizales, alfalfares, trigales, y se cultivaba colsa. Tenía sólidos galpones, establos, corrales y buenas praderas. Allí se criaron ovejas y caballos de raza que se importaron de Europa. La estancia según los Mulhall, cronistas de la época, “no tenía rivales en ambas márgenes del Plata”.
Cuando Sarmiento es designado Presidente de la República, Ernesto Oldendorff, su amigo, participó en su gobierno en temas relacionados a la actividad agropecuaria. Como amigo Sarmiento visitó la Santa María y citó a Don Ernesto como “el primer alemán del Río de la Plata”. Le había sido sugerido a Sarmiento “…que la Santa María podría constituirse en el mejor modelo estanciero de la República”.
A mediados de diciembre de 1870, Santa María sufrió una revuelta obrera, la primera en el territorio del Partido de Brandsen a causa de la falta de pago de los jornales. Los setenta peones italianos empleados por Don Ernesto se alzaron exigiendo el pago de la deuda por los sueldos y abandonaron sus puestos de labor. El alemán había entrado en quiebra. El 11 de Enero de 1871 se presenta ante el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil de Buenos Aires solicitando el concurso de acreedores. Según Oldendorff su ruina fue causada porque: (sic) “…El 11 de diciembre último se desplomó una nube de langostas en mi establecimiento de una manera espantosa, que al día siguiente toda la sementera había desaparecido como por encanto, perdiéndose 22 cuadras de Mais, 305 de Trigo y 70 de Colsa y por consiguiente todo el capital empleado en esa explotación”  y que “…las vicisitudes conocidas que han deprimido el valor de nuestros frutos…”  lo que en este caso era cierto debido a que durante el verano de 1870 y 1871 se desata la fiebre amarilla en la ciudad de Buenos Aires lo que provoca la caída de adquisición de productos relativos a la ganadería en Buenos Aires, desplomándose los precios lo produciéndole a Santa María su golpe de gracia.
La obra de Oldendorff fue pensada y probada en el primigenio Brandsen hasta 1876 cuando debe dejar su estancia para siempre.

La llegada del ferrocarril

En 1862, constituida con capitales ingleses y criollos se constituye la compañía encargada de construir un ferrocarril, la que se bautiza con el nombre de "Gran Ferrocarril del Sud de Buenos Aires".
Inmediatamente se emprendió la tarea de acordar la obtención de las tierras necesarias, recepcionándose las promesas de donación para las estaciones. Los estancieros entendieron que era una gran oportunidad contar con una estación o parada ferroviaria en las proximidades de sus chacras debido a la posibilidad de embarcar su producción para el mercado de la ciudad, logrando velocidad, ahorro y seguridad en las entregas, y mucho mejor si la estación se encontraba dentro de su tierra. Las tareas de construcción se iniciaron a principios del año 1864. Desde el 20 de junio se fueron oficializando las compras de tierras acordadas para las obras de vías y estaciones. Buscaron los empresarios ferroviarios instalarlas en la provincia a una distancia de 10 a 15 km entre sí, por lo cual estarían entre los terrenos de Pedro Ferrari o Faulkes la primera, la segunda en Jeppener, y la tercera entre Facio o Altamirano. Esta dificultad se allanó rápidamente al recibir la promesa de donación de tierras para estaciones por parte de Pedro Ferrari y de Guillermo Jeppener, asegurándose así los terratenientes tener las paradas en sus campos. No fue igual el caso de Juan Facio que vendió sus tierras para vías y estación y de Altamirano que vendió para vías y luego donó para ampliar la estación. Al haber solo campo, como se acostumbraba las estaciones planeadas llevarían los apellidos de los ex propietarios del terreno de la estación.   
El material rodante, hierros, puentes y rieles se importó. Las estaciones eran pequeñas casas de ladrillos revocadas, con techos de chapa. En el tramo Samborombón de las obras los ladrillos y el horno para su cocción fueron hechos cerca del lugar donde estaría ubicada la estación Ferrari. 
En Agosto de 1865 concluyen las labores de construcción de vías y estaciones y se comienza con la tarea de habilitar la línea. El día 14 se habilita provisoriamente el servicio hasta Jeppener, surcando por primera vez oficialmente el tren por los entonces Cuarteles de los Partidos de San Vicente y Ranchos que formarán Brandsen.
El 3 de agosto de 1865 se escrituran las tierras donadas por Jeppener; el día 9 las vendidas por Facio; el 11 las vendidas por Altamirano; el 9 de Octubre la donación de Ferrari y de esta manera y esos meses antes de la inauguración oficial se fueron escriturando todos los terrenos utilizados. El día 9 de diciembre de 1865 el gobernador Saavedra en acto público libra al servicio la línea del Sud que así quedó oficialmente inaugurada.
El 12 de diciembre de 1866 se escritura “…la donación, venta o el que mejor haya lugar en derecho…” de un terreno al Este de la vía y estación Facio compuesto de 2951 metros por 50; estableciéndose en el instrumento: (sic) “…Que aún cuando dicha estación ha sido designada en los planos y conocida generalmente con el nombre de FACIO, antiguo dueño de esas tierras, deseando el Sr. Altamirano que la misma sea conocida con el suyo según se ha hecho con las demás estaciones que se les ha dado a cada una el de su respectivo propietario…”
Cinco años después se hacen las obras ferroviarias de la línea desde Altamirano a la grasería de Guerín y Las Flores. En 1876 se planifica la llegada de rieles a Pila y Ayacucho, por lo cual la estación Altamirano se convierte en el mayor centro ferroviario de la época.

Origen del almacén de Hita

El 3 de mayo de 1865, Pedro Ferrari vende a Pedro Hita el sobrante de tierras entre la línea ferroviaria y los límites de su propiedad; una pequeña porción de su estancia por donde pasaba la senda que iba del Camino de Buenos Aires a Chascomús hasta Monte, hoy ruta provincial 215. Allí Pedro Hita y Teodoro Menditte, como la firma Casa Hita & Menditte construirán un edificio para instalar su almacén de campo. El origen de este almacén de ramos generales al por mayor y menor es dable que sea como negocio mercachifle o de venta ambulante, vale decir, sus titulares juntos o separadamente realizaban la comercialización de los productos puerta a puerta por los campos, teniendo depósito de mercaderías establecido en algún paraje del Partido de Ensenada o San Vicente, que luego de 1875 será Brandsen. El primer dato documental de la existencia del “almacén de Hita”, nombre por el que se lo conociera, es del 9 de Octubre de 1852. Lamentablemente desconocemos donde funcionó este almacén desde sus inicios hasta 1865.
El surtido de artículos de este almacén era tan amplio que podía comprarse desde telas a ataúdes y desde papel a municiones y pólvora, palos, tablas, café, yerba botas, dulces y pañuelos.  Con el tiempo ampliaran los servicios y además de la adquisición de frutos del país actuará como entidad financiera.

Fundación del Pueblo de Jeppener

Con la información que tenía Jeppener respecto a que la estación que se instalaría dentro de su campo se transformaría en la que atendiese el mantenimiento, centro y cabecera de tránsito, instalándose el taller y la residencia de la cuadrilla y que un futuro cercano esto abría un movimiento de personas que llevaría al poblamiento de sus alrededores más rápidamente que en las otras estaciones de iguales características; vio una oportunidad, como costumbre en la época, de lanzar un loteo para especular con la tierra.
El 3 de agosto de 1865 se escrituran las tierras donadas por Jeppener para la estación en sus campos. El 14 de agosto de 1865 se habilita provisoriamente el servicio hasta la estación epónima.
Apenas elaborado el diagrama de lo que se denominó en el Pueblo de Jeppener, se produjeron ventas. La primera fue la del 14 de septiembre a Thomas Petty. Inmediato Juan de la Llave, Lucio Suárez y Domingo Cardinali. Asimismo se enajenaron las manzanas C y E sin detalle de comprador en el plano. Todos escrituraron en los próximos años. La manzana E fue adquirida por Elías Radovich para la construcción de una grasería, de ella queda aun el rancho frente a las vías. Los indicados puede decirse que son los vecinos fundadores.
El diagrama del Pueblo de Jeppener estaba dividido en dos sectores. Con centro en la estación había dos plazas enfrentadas a ambos lados de la vía, las manzanas de la circunvalación a ellas estaban señaladas con letras, las regulares de la A a la K y las irregulares con las L, M, N y O; completando el proyecto de 62. El centro cívico formado por los terrenos que obligado por las disposiciones debía donar alrededor de una plaza de 200 metros x 100, donde se enfrentaban los destinados a municipalidad con el del juzgado de paz y en la manzana a la izquierda, en el eje, el del templo. Se pensó una plaza cada dos o tres cuadras y se dejaron terrenos enfrentados para dos escuelas. Además se reservó el lote 1 de la manzana D para el templo de los ingleses. Las manzanas 1 y 2 frente a la plaza de la estación no tenían división en lotes, como si se hubiesen querido reservar, según usos y costumbres, para mercado, almacenes o barracas, ampliando el espacio ferroviario. Es de destacar que en el plano original del pueblo de Jeppener no estaba previsto ningún terreno para uso de enterratorio o cementerio. Se desconoce hasta hoy el autor del diagrama del pueblo. Nunca hubo un trámite oficial, permiso y aprobación lo que llevó a conflictos vecinales luego de 1882.
Como todo pueblo planteado en la época, los terrenos resultaron caros y quedó casi despoblado. Una constante a todos los pueblos de Brandsen durante el siglo XIX.

Cambio de límites

El 24 de octubre de 1864 ingresa en el Senado el proyecto de ley sobre la nueva división de los partidos de campaña al interior del río Salado y casi un año después se convierte en Ley provincial, la que entraría en vigencia a partir del año siguiente, 1866.
El actual Brandsen constituía hasta ese entonces parte del Cuartel 4º y 5° de San Vicente, parte del Cuartel 3º de Chascomús, parte del Cuartel 5º del Sauce del Partido de Ranchos y parte de los Cuarteles 2º y 3º del Partido de Ensenada. Con la nueva división de la campaña los sectores del Cuartel 5° de San Vicente y el del Cuartel 3º de Chascomús pasaron a formar parte del Partido de Ranchos, mientras que el sector del Cuartel 4° de San Vicente se anexaba al Partido de Ensenada, utilizando como límite natural al río Samborombón en el sector del actual Brandsen. Por lo tanto el actual distrito en ese entonces quedó al Oeste dentro del Partido de Ranchos y al Este en el Partido de Ensenada. Los límites artificiales o políticos establecidos en la línea Ranchos - Ensenada - San Vicente, y en la línea Ranchos - Chascomús - Ensenada fueron los mismos que tiene en la actualidad el de Brandsen. 
Esta división dejaba fuera del poder político local de San Vicente a personalidades destacadas de entonces, Pedro José Ferrari, Luis y Ramón Sáenz Peña, y un gran número de Alcalde y tenientes; ahora sus campos y estancias pasaban a la orbita administrativa de Partidos de los cuales eran ajenos.

Primera industria de Brandsen

Luego de la cría lanar la grasería fue la principal industria del partido y la única manufacturera desde 1869 en la región que sería Brandsen; y desde el año de creación del Partido hasta después de 1900. Constituye la grasería la primera actividad fabril de Brandsen y la de mayor importancia hasta la actualidad.
El territorio contó con cuatro graserías, la de Pedro Guerin que también actuaba de saladero, a nueve cuadras al suroeste de la estación Altamirano; la de Elías Radovich a una cuadra de la estación Jeppener; la de Aramburu de Luis Aramburu en su campo y la de Olivares, que aun no pudo determinarse su ubicación. Pocos meses antes de crearse Brandsen se instala una nueva grasería cerca de Altamirano, la de Ferrari y Bordenave. En el territorio del nuevo Partido de Brandsen había cuatro graserías, la de Pedro Guerin, la de Ferrari y Bordenave, la de Aramburu y la de Radovich, las que funcionaron con intermitencias.
Las graserías de Brandsen estaban en capacidad de procesar 2400 animales lanares diarios. Se estimó que en pleno funcionamiento faenaban anualmente unos 70.000 capones lanares. La fuerza laboral empleada por estas empresas era la más importante del distrito, dos de ellas, Pedro Guerin y Ferrari y Bordenave, contaban con 34 trabajadores. Según estudios elaborados las graserías de Brandsen aportaron en impuestos provinciales un promedio del equivalente a más del 38% de los ingresos mensuales en tasas y gravámenes con los que contaba la municipalidad.